Preguntas mas frecuentes acerca de Poner Límites

Mi hijo nunca quiere ir a la casa

A mi me encanta visitar a mis amigos para que mi hijo pueda jugar con sus hijos pero al momento que es hora de regresar a casa, mi hija nunca se quiere ir y siempre terminamos con ella llorando y yo cargándola para salir. Cómo le puede ayudar a entender que las visitas se terminan y evitar estas escenas poco placenteras?

Estas son tan solo transiciones, que a los niños pequeños les es difícil manejar. La solución reside en ayudarla a comprender que es lo que va a suceder. Avísale quince minutos antes de que te vayas a ir para que ella sepa que esperar. Cuando sea la hora, díle “Es hora de irnos. Vamos a volver a ver a tu amigo otro día” Si ella no se quiere ir, ofrecele una opción “Quieres caminar al carro o te cargo?” o “Quieres tomar mi mano o calgar la bolsa?” Probablemente no tenga el suficiente auto-control para hacer lo que le pediste y pede tomar tiempo para un niño pequeño el poder procesar la petición y hacer lo que se le pdiió, así que no esperes una respuesta inmediata. De todas maneras, después de dar un tiempo razonable para que ella procese la información, si ella no responde, entonces es hora de levantarla, decir adion e irse. Los niños menores de tres años entienden mas las acciones que las palabras. Es un error negociar mas tiempo con ella. Cuando negocías una vez se forma la expectativa que lo vas a hacer otra vez y esto es el tipo de situaciones que pueden formar una barrera entre tu y tu hija.

Mi hijo no puede jugar con otros niños.

Mi hijo no sabe jugar con otros niños y siempre termina en lágrimas cuando invitamos a un niño a jugar. Cómo puedo manejar esta situación?

Tienes que crear un modelo de cómo se juega con otros niños. Por ejemplo, Si está aventando arena mientras juega con un amigo en el arenero, muéstrale co usar la pala y los juguetes de arena y apoya lo que haces con palabras como “la arena es para jugar. Lastima se le cae a alguien en los ojos”. Si avienta la arena otra vez, sácalo del arenero e invítalo a otra actividad como regar las flores. Si está llorando y no se puede distraer, cambiála de situación. Como adultos, sabemos cuando necesitamos salir a caminar o estar solos para tranquilizarnos. Los niños no saben cómo hacer esto, por lo que necesitan nuestra ayuda. Escúchalo, dales amor y atención mientras llora para que se desahogue. Cuando termine de llorar, habrá eliminado una carga emocional. Tu has acpetado sus sentimientos, al mismo tiempo que has sido firme con el límite.